Hola,
de nuevo Lilí en línea, esta vez con otra fábula de Esopo que
nos da una lección de las suyas:
Érase
una vez un par de bueyes que iban tirando de un carro que chirriaba
ruidosamente. Como el ruidito era de lo más fastidioso y ponía
de los nervios, los bueyes se encararon a la carreta para recriminarle
-Haz
el favor de no quejarte porque si alguien lo tuviera que hacer
habríamos de ser mi compañero y yo, que somos los que vamos tirando
del carretón, ¿no te parece?
Éste
es el primer lugar de Internet dedicado a la búsqueda
de perros perdidos. Su colaboración es básica para
que ninguno de nuestros amigos se quede durmiendo en las calles.