Fragmento
del relato:
SERÁ UNA VEZ...
Del
libro de Estrella Cardona Gamio La
Dependienta
Será
una vez en el futuro... Cuando la Tierra esté llena de edificios.
Cuando ya no existan los bosques, porque habrán sido talados
o quemados todos. Cuando los niños no sean alegres, pero no
sepan que están tristes. Cuando los niños estén descoloridos,
gordos y flojos porque el sol no pueda atravesar con sus rayos
la turbia atmósfera...
Entonces
aparecerá en el cielo, empujado por una extraña corriente de
aire, un objeto desconocido, pequeñito, oblongo... ¿Qué podrá
ser? Es una semilla, ¿Y qué es una semilla? Una semilla es una
cápsula de vida, en ella se puede esconder un bosque, árbol
a árbol, un jardín, flor a flor. La vida si hay sol, si hay
aire.
Y
brilla el sol y sopla el viento por encima de las montañas,
sobre la niebla sucia de la atmósfera. Pero a ras de la Tierra
está la bruma y la tristeza.
La
semilla ha caído en el suelo, sobre las baldosas, y en una grieta
se introduce y se queda allí dormida y sueña que es un jardín
que lo llena todo de hojas verdes y de flores, y, al despertar
comprueba que el jardín que soñó se ha convertido en realidad.
Y
la niebla se va espantada, retrocede. Y a los niños se les colorean
las mejillas contemplando las hermosa flores. Y un día vuelven
los insectos. Y otro día sale el sol y brilla para siempre.
Y los niños corren, saltan y ríen. Y crecen los árboles y en
sus copas anidan los pájaros. Y las casas se resquebrajan, porque
la naturaleza lo invade todo.
Y
los niños son felices porque pueden ver las estrellas y la luna
y mojarse bajo la lluvia y nadar en los ríos y en el
mar. Y al atardecer se reúnen alrededor de los frondosos árboles
y se cuentan los unos a los otros historias de
amor y de esperanza porque el sol ha vuelto y ya nunca más faltarán
las flores, los campos de trigo, los verdes
bosques, y fluirá el agua limpia en el mar y los ríos.
Y nunca existirá la palabra fin.
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