María Zambrano

Este es el año de María Zambrano, es decir, el año en que se cumple el centenario de su nacimiento. Durante todo el presente 2004 se han sucedido los homenajes que parece que culminan ahora en el más espectacular, a nivel masivo, como pueda ser la presentación de la película de José Luis García Sánchez María querida, en la Semana Internacional del Cine de Valladolid. Interpretada por Pilar Bardem, el film nos habla de una persona, una mujer, que lamentablemente ha pasado por su siglo casi desapercibida para el gran público, bien que hubo muchos que leyeran su obra pero no los suficientes debido a las razones obvias que implicó una guerra civil en España y cuarenta años de oscurantismo cultural.

María Zambrano nació el 22 de abril de 1904 en Vélez Málaga, hija primogénita de Blas José Zambrano y Araceli Alarcón, quienes años más tarde le darían una hermana, llamada Araceli como la madre. Ambos eran maestros de profesión y en ejercicio.

La niña María, siempre de salud muy frágil, destacó muy pronto, no obstante, debido a su inteligencia y a su carácter. Siendo su precocidad tal que a los 10 años se enamoró de su primo Miguel Pizarro, amor que duró hasta casi los 20 años , pero que fue roto por el padre de la joven.

María Zambrano fue una gran pensadora, para el que aún no lo sepa -siendo sus profesores Ortega y Gasset, Zubiri y García Morente-, cuyos inicios impresos se leyeron en la Revista de Occidente, además y puesto que su padre era amigo de Machado, la influencia del poeta marcó una honda huella en la jovencita.

El 14 de septiembre de 1934 casó con el historiador Alfonso Rodríguez Aldave -de quien se divorciaría en los años 50-, recién nombrado secretario de la Embajada española en Santiago de Chile. Después el matrimonio regresó a España en plena contienda bélica, trabajando ella en Valencia para el gobierno republicano en como Consejero de Propaganda y Consejero Nacional de la Infancia Evacuada, y colaborando también en la revista Hora de España. Luego vendría el primer exilio en Francia con su madre, su hermana y el marido de ésta, y luego, desde 1939 hasta 1953, América.

Con posterioridad regresó al viejo continente, no volviendo a su patria para siempre hasta 1984, después de cuarenta y cinco años de exilio, en donde fallecería el año 1991, habiendo arrastrado toda su vida una salud muy precaria.

Como pensadora, filósofa, su obra es extensa, y en palabras recientes del director de cine José Luis Borau, encontramos una perfecta definición de su personalidad: Zambrano será una figura capital pero del siglo XXI. Fue una adelantada a su tiempo, que no fue el siglo XX. Ahora es su tiempo.

En sus últimos años recibió los premios Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, 1981, en 1982 fue nombrada doctora Honoris Causa por la Universidad de Málaga, y, en 1988, se le otorgó el Premio Miguel de Cervantes, que por primera vez se concedía a una pensadora.

También fue propuesta su candidatura para el Premio Nobel.

Con motivo de este Año Zambrano se han organizado exposiciones y congresos, sus obras están en todas las librerías, y títulos como estos, entre otros muchos, ya no nos son extraños Filosofía y poesía, La arquitectura del tiempo de los sueños, La estrella y el loto, La España de Galdós, El sueño creador, etc.

Los últimos años de María Zambrano estuvieron llenos de sinsabores de tipo personal, la muerte de su hermana Araceli que vivía con ella luego de haber quedado viuda, las estrecheces económicas, las cataratas que la afectaron y su salud siempre quebradiza, ya que arrastraba las secuelas  de una tuberculosis juvenil.

María Zambrano falleció en Madrid de una infección respiratoria, el 6 de febrero de 1991 siendo de desear que su presencia intelectual comience a crecer ahora ente nosotros con la circulación viva de su obra y que no todo se quede en los homenajes del centenario; se lo debemos.


 

© 2004 Estrella Cardona Gamio

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