Victor Català

Caterina Albert i Paradís, conocida en el mundo literario bajo el seudónimo de Victor Català -concesión obligada a una discriminación que ya venía de antiguo, y nombre copiado del personaje de uno de sus borradores de novela-, nació el 11 de septiembre de 1869 en L’Escala, Alt Empordà, Catalunya,  hija del abogado y político Lluis Albert i Parareda y de Maria dels Dolors i Farrés, dándose la circunstancia de que Caterina fue la primera hija que les sobrevivió, después vendrían sus dos hermanos Martí y Amelia.

La familia era de terratenientes y se hallaba económicamente muy bien situada, por lo que la infancia de los niños Albert Paradis fue desahogada y también feliz.

Caterina era de carácter inquieto y estudioso y muy jovencita empezaron a despuntar en ella dotes artísticas, ya que comenzó a dibujar y a pintar casi de escondidas hasta que su padre se dio cuenta y le puso un profesor particular. La escritura fue paralela a ese brote artístico, inclinación heredada de una madre que escribía poesía, y así, a los catorce años, Caterina, lectora omnívora y suscrita a la revista La Renaixença, escribió Parricidi, una obra impropia, por su temática, para haber salido de una mente tan joven. Sin embargo, este fue su sello literario; sus obras nunca fueron precisamente dulces ni, lo que se ha dado en llamar, femeninas, al provenir de una mujer, siempre fueron ásperas y desgarradas, e incluso crueles, un motivo más que le obligó a adoptar ese seudónimo masculino –no el primero, ya que en sus comienzos se firmaba como Virgili Alacseal-.

Lo que pudiéramos denominar sus estudios escolares consistieron en ir a la escuela primaria y más tarde permanecer un año en  un pensionado de Girona, por lo demás, profesor artístico aparte, fue totalmente autodidacta, no sintiéndose en absoluto atraída por las labores propias de su sexo.

Cuando ella tenía veinte años falleció su padre a los cuarenta y siete, y entonces Caterina se convirtió en el cabeza de familia al ser la heredera, lo que arrojó sobre sus hombros una considerable responsabilidad.

En 1898 empezó su carrera literaria de manera pública al ser premiada en los Jocs Florals d’Olot con el monólogo L’infanticida y el poema El llibre nou.

Como había empezado con seudónimos todo el mundo creía que se trataba de un hombre, pero a raíz de la publicación de Drames rurals, en 1902, el secreto dejó de serlo.

A partir de entonces empezó a frecuentar el mundillo literario, conociendo, entre otros a Joan Maragall, Narcís Oller y Ángel Guimerà.

Cultivó toda su vida el estilo naturalista en sus obras –en su caso naturalismo rural o ruralismo-, con algunas leves incursiones, al principio, en el modernismo, y los protagonistas suelen ser personas solitarias, mujeres casi siempre, que reivindican de una manera trágica su libertad como ciudadanos del mundo. Influenciada por la época que le tocó vivir, no es raro el que esas heroínas fueran unas avanzadas a su tiempo, y por lo tanto incomprendidas y mal vistas.

(En cierto modo Caterina Albert nos recuerda a las hermanas Brontë, y en especial a Emily).

Entre 1904 y 1905 escribe la que será su obra más famosa y que conocerá traducciones al castellano, francés, alemán e italiano, Solitud, una novela en la que la soledad de sus personajes es decisiva. Años más tarde Solitud conocerá una versión teatral y mucho después dos películas.

Esta novela primero apareció como folletín en la revista Joventut y en 1909 se publicó la tercera edición, definitiva esta vez, con la cual obtuvo el Premi Fastenrath, en su primera convocatoria en los Juegos Florales de Barcelona.

Aun cuando Caterina Albert, Victor Català, vivió siempre consagrada a su familia, nunca se casó, ello no le impidió viajar por Europa, y pasar temporadas en un piso que se alquiló en Barcelona.

El intermedio de la Guerra Civil seguido de la posguerra, enmudeció su pluma, que resurgiría después ofreciendo sus últimos libros de cuentos: en 1950 Vida molta y Jubileu en 1951. Como anécdota contaremos que en 1944 publicó un libro de relatos en castellano, titulado Retablo.

Su bibliografía es numerosa y en ella encontramos dos novelas, la ya mencionada Solitud, y Un film(300 metres) publicada en 1926, amén de poesía, teatro, y de varios libros de relatos.

En 1923 fue nombrada miembro de la Reial Academia de Bones Lletres de Barcelona, leyendo su discurso Sensacions d’Empuries.

Desde el año 1953 se convoca anualmente el premio de cuentos y narraciones que lleva el nombre de Victor Cátala y que convoca Editorial Selecta.

En los últimos años de su vida, Caterina Albert i Paradís se recluyó voluntariamente en su dormitorio, en la cama, sin abandonarla hasta que falleció el 27 de enero de 1966 en su hogar de L’Escala.


© 2005 Estrella Cardona Gamio

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