Julio Verne


De Julio Verne se ha escrito mucho y entre la tinta que ha hecho correr, existen numerosas leyendas que se le han atribuido, las cuales, desgraciadamente, aún son vigentes. Una de ellas, la más famosa, es que el célebre novelista no se movió de su despacho en toda la vida, desahogando su vena viajera a través de las obras que escribió. Pues bien, eso no es cierto ya que Verne visitó Estados Unidos en 1866, viajando a bordo del Great Eastern, dándose la circunstancia, de que en ese mismo año se compró el Saint Michel, su primer barco, al que luego seguirían dos más del mismo nombre.

Se le acusó de misógino e incluso de homosexual, simplemente porque casó con una rica viuda, Honorine de Viane, cuando en su época, eran pocos los hombres que no buscaban una esposa con buena dote, eso en primer lugar, en segundo, se enamoró muy joven de Caroline Tronçon, amores nada afortunados, y mucho más tarde tuvo una amante, María Alexandrovna, la traductora que vertió al ruso sus novelas, pero el gran amor de su vida parece ser que fue una misteriosa dama, que, con más de sesenta años el novelista, conoció y cuya muerte a finales de 1885, causó en Verne un profundo dolor. Por lo tanto, respecto a minimizar el papel de la mujer o menospreciarla, tanto personalmente como en sus escritos, no es cierto; baste con leer El rayo verde, para comprobar como esa afirmación carece de fundamento.

También se ha dicho de Julio Verne que perteneció a sectas esotéricas y a sociedades secretas, sin tener en cuenta que en el siglo XIX, eso era una moda a la que contados se substrajeron.

Julio Verne nació en Nantes el 8 de febrero de 1828, siendo su madre Sophie Allotte de la Fuye, y su padre, Pierre Gabriel Verne, procurador y descendiente de una familia de hombres de leyes, cuya tradición su hijo no seguiría, al elegir las letras, aunque llegase a estudiar derecho en París. La relación entre padre e hijo nunca fue buena, mejor dicho, fue pésima, y aunque Julio se resentiría de ella toda su vida, no dudó en aplicar la misma cruel severidad para con su propio hijo Michel a quien le amargó la vida desde la infancia. Un gran contrasentido a todas luces, tanto más inexplicable cuanto el mismo novelista había sufrido también idéntico calvario; bien que al final de la vida del escritor se reconciliaran, fueron muchos los años de incomprensión los que los tuvieron enfrentados.

Verne tuvo cuatro hermanos, quien nació después de él, Paul su confidente, Anne, su hermana mayor, Mathilde y Marie-le-Chou, la pequeña.

El hecho de haber nacido en una ciudad portuaria como Nantes, debió inflamar la imaginación del muchacho, ya que a los 11 años se quiso enrolar de grumete en un navío mercante con rumbo a la India, aventura que su padre abortó en el último instante, y a cuya frustración sin duda debemos esas maravillosas novelas de viajes inconcebibles que tanto nos hicieron soñar en nuestra infancia y adolescencia, y que han sido la causa del nacimiento, como tales, de muchos grandes exploradores, investigadores y científicos,, no sólo del siglo XIX, sino también del XX.

Julio Verne creó todo un género novelístico que después ha tenido muchos seguidores, y podríamos denominarle, sin miedo a equivocarnos, el padre de la literatura científica. Hay quien le ha llamado también, profeta, visionario e incluso iluminado, sin tener en cuenta que cuando un escritor posee imaginación puede fabular lo que se le antoje si a ella se asocia la cultura y la inteligencia.

Dado su ingenio y su talento, es de suponer que de no haber sido novelista, habría sido inventor, porque "lo que un hombre puede pensar otro hombre lo puede hacer".

Mencionemos aquí, ahora, una de sus novelas menos conocidas, Un castillo en los Cárpatos, en la que, sorprendentemente, ya anuncia el cine y la televisión, mezclando con singular maestría superstición y ciencia.

Sin embargo, los comienzos literarios de Verne no se vieron acompañados por el éxito; en 1848 se dedicó a la producción teatral escribiendo operetas y comedias que no le hicieron precisamente famoso, y más tarde comenzó aquel que iba ser su auténtico camino, al colaborar en la revista Le Musée des Familles con sus primeros relatos de ficción, no obstante, la que luego constituiría un gran éxito de público, Cinco semanas en globo, le fue rechazada por un número considerable de editores, 15 en total, y sigue contando la leyenda que fue su propia esposa quien evitó que el mismo escritor, desesperado, arrojase al fuego el original devuelto por enésima vez.

En 1863, traba conocimiento con el editor Hetzel, y su suerte cambia, siendo el resto de la historia de sobras conocido.

 

Julio Verne no tuvo éxito en su juventud sino ya en la cuarentena, y como en aquella época no era como la nuestra, realmente, triunfó en la edad madura, costándole alcanzar el éxito antes no encontrar al editor adecuado. En su vida privada, matrimonial, no fue feliz, y en su vida social, él, aventurero y burgués a un tiempo, tuvo sus sombras negras al ser demasiado conservador y de derechas, y también, hemos de reconocerlo aunque le admiremos, no tuvo reparo en emplear "negros" que le escribieran algunas de sus obras, André Lauri fue uno de ellos y el autor de Los quinientos millones de la Begum y La estrella del sur... Al César lo que es del César.

Como doloroso trance personal, Julio Verne sufrió el ataque traumático de un joven loco . su propio sobrino Gaston quien le dispararía en un pie porque no atinó a darle en un centro más vital aunque disparara dos veces, y los últimos años de su existencia los pasó atormentado por la diabetes de la cual falleció el 24 de marzo de 1905, en la ciudad de Amiens.

En vida fue honrado con la última Legión de Honor que Francia otorgó aún como Imperio, aparte de con el reconocimiento universal pues fue el novelista más leído de su tiempo, en todo el mundo.

Su único hijo Miguel, se dedicó a reescribirle obras que quedaron incompletas a su muerte, ya que lisa y llanamente amplió textos y copió estilo, con notable éxito, por cierto dado que nadie se dio cuenta del cambiazo.

Hace pocos años, saltó a la prensa la noticia de que había sido descubierto un manuscrito desconocido de Julio Verne, en el que describía la vida actual con todo lujo de detalles. En su momento, y es una opinión totalmente personal, desconfiamos de la autenticidad de esa novela que se atribuía a Verne, y en la duda continuamos.
 
 

© 2000 Estrella Cardona Gamio


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