Guy de Maupassant


Guy de Maupassant, bautizado Henri, René, Albert, vino al mundo el 5 de agosto de 1850, siendo sus padres Gustave de Maupassant, descendiente de mercaderes ennoblecidos por Francisco III, y de Laure de Maupassant, por lo cual, nada tiene de extraño que el niño fuese alumbrado en el castillo de Miromesnil.

Tan brillantes auspicios, sin embargo, no se vieron confirmados en los años venideros, ya que sus padres, por culpa de la conducta infiel y libertina de Gustave, no formaban un matrimonio bien avenido, precisamente. Con seis años de edad el pequeño Guy, se convierte en el hermano mayor de la familia al nacer Hervé, pero el nuevo miembro no consigue estabilizar la desarreglada situación entre los padres, que acabarán separándose cuando Guy haya cumplido los doce de edad.

En cualquier niño, la ruptura del matrimonio de sus progenitores, resulta siempre traumática aunque a veces no lo parezca; los hijos quedaron bajo la custodia y tutela de la madre, pero no cabe la menor duda de que aquella separación afectó a los dos muchachos, traduciéndose en la obra posterior del escritor -ese aspecto de indefensión frente a lo horrible y temerosamente presentido; los padres no sólo discutían, también se pegaban-, que marcaría su literatura, eso y la locura hereditaria, que no se debe achacar sólo a la sífilis contraída por el escritor en sus años juveniles, ya que igualmente su hermano Hervé acabó  demente, muriendo en 1889.

Pesadillas aparte, lejos de la influencia del padre, la de la madre se hizo notar en la educación del muchacho ya que era una mujer muy culta y refinada.

Los primeros estudios de Guy fueron realizados en el Instituto eclesiástico de Ivetot, de donde lo sacará su madre debido al siniestro régimen allí imperante que estaba sumiendo al adolescente de diez y siete, años en una profunda depresión, luego vendrá el Liceo de Rouen, y allí sus primeros contactos con la literatura y el establecimiento de amistades con escritores, Zola entre ellos, y poetas.

Realizado el bachillerato, Maupassant marcha a Paris en donde quiere licenciarse en derecho. Pero a sus veinte años se encuentra metido en la guerra franco-prusiana de 1870, suyo servicio efectuará en intendencia.

En 1872 obtiene empleo de funcionario en el Ministerio de Marina, y más tarde, en 1878, en el de Instrucción Pública, lo que le permitirá ganarse la vida mientras escribe; aparte, sin embargo, llevará una existencia disoluta y promiscua, alegremente secundado por sus amigos, compañeros de orgías.

Por suerte para él, la oportuna  amistad infantil que unió a su madre con Gustave Flaubert, le sirve de introductora para establecer una buena relación discípulo, protector y maestro, ya que gracias a su espaldarazo consigue entrar por la puerta grande en el mundillo literario, eso, y debido a su buen hacer, naturalmente.

Maupassant vive inmerso en la sociedad literaria francesa y empieza a publicar, con éxito, bajo seudónimos como el de Guy de Valmont y Maufrigneuse.

Comienza a vivir de sus obras en 1880, y alternará París con su casa de Etretat, también viaja por África y Europa.

Estos períodos de desplazamiento seguidos de los de calma, le sirven para acumular experiencias que luego trasmitirá a cuanto escriba. Sus dolores de cabeza le acostumbran al consumo de drogas, que le afectan más que no le tranquilizan, esto, unido a que, al parecer, la locura es hereditaria en su familia, agravan su salud hasta el punto de que el 1 de enero de 1892, realiza un intento de quitarse la vida degollándose, a resultas del cual se le recluye en el sanatorio mental del Espíritu Blanco de Passy, en el que fallecerá, paralítico, el 6 de julio de 1893, siendo posteriormente sepultado en el cementerio de Mpntparnasse.

Su entierro fue muy concurrido por literatos y amigos, que le despidieron en una marcada atmósfera de humor negro –risotadas, chistes, bromas obscenas-, tan del agrado de Guy de Maupassant.

(Dos anécdotas referentes al óbito: su última voluntad, desestimada, fue la de no ser enterrado en un ataúd, y, la segunda, es que, después de su deceso, Laure, la madre destruyó gran parte de sus objetos personales.)

Maupassant no se casó nunca, cosa que no le impediría el tener relaciones con muchas mujeres, y de una de ellas nacieron tres hijos de cuya manutención así como educación se ocupó, aunque nunca los reconociese pública o legalmente, sin embargo fue cuñado solícito, y un tío amoroso, para con la hija de su hermano.

La literatura de Guy de Maupassant, de todos conocida, por otra parte, es pareja a la de Edgar Allan Poe ya que la mayoría de sus personajes se desenvuelven en una atmósfera angustioso y siniestro, matizado, en ocasiones, con un humor macabro no por ello menos cómico.

La influencia morbosa que acusa su obra tal vez pueda tener origen en una experiencia alucinante que Guy vivió en su temprana adolescencia, a los 14 años para ser más exactos, época en la que conociera al poeta inglés Swinburne en unas circunstancias francamente novelescas; el poeta, borracho, se estaba ahogando en el agua y el joven Guy, sin pensarlo dos veces, se lanzó a rescatarlo. El resultado fue una inquietante amistad que más le valiera no haber establecido nunca.

Swiburne vivía, con un amigo suyo llamado Powell y un repugnante, enorme y sucio mono, en una casa a la que habían bautizado con el nombre de uno de los “héroes”, del marqués de Sade. Residencia y habitantes que no gozaban de muy buena reputación ya que se rumoreaba que se llevaban a cabo prácticas de pedofilia y bestialismo y ahí, precisamente, fue a caer el inocente muchacho, al que se le “ilustró” con libros pornográficos en esa toma de contacto, y se le sirvió alcohol, dándosele a beber, en la segunda visita, una pócima estupefaciente. Lo que pudiese suceder entre ellos cuatro, mono incluido, es cosa que nunca se sabrá, pero en esa mansión de los horrores, hay algo más, una mano disecada que le regalarán como recuerdo y que él conservará, constituyéndose más adelante en la inspiración de dos de sus relatos góticos más espeluznantes.

Se le encuadra en la escuela naturalista, y entre sus numerosos cuentos, unos 300, no todos de terror, sin embargo, destacan Bola de sebo, Bel ami, El Horla, y uno particularmente excelente, del más refinado humor negro y por ello divertidísimo, La muerta, aparte escribió 6 novelas, un libro de poemas y tres de otros temas.


 

© 2004 Estrella Cardona Gamio

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