Charles Dickens


El 7 de febrero de 1812, nació en Landsport, Portsmouth, Charles Dickens, cuya movida e inconvencional niñez, le inspiraría sus mejores novelas años más tarde, impregnando toda su obra de una constante reivindicación social.

El padre de Dickens, personalidad sumamente original modelo algunos de sus personajes, era soñador, manirroto y carente de todo sentido práctico, no obstante ser un buen hombre. Con tal descripción, fácil es suponer, que, a una corta época próspera en la vida del niño Dickens, sus primeros 11 años de vida concretamente, después llegará la época de vacas flacas: deudas, empeño, miseria en suma. Charles, sin escolarizar ya, sin libros, los que había en la casa se malvendieron para sobrevivir, y teniendo que cuidarse de sus hermanos pequeños, acaba de infantil obrero en una siniestra fábrica de betunes.

Aquella experiencia le marca de forma honda y para siempre. Dickens, rememorando esos tiempos desgraciados, los menciona como "una agonía de su alma", y no era para menos, ya que coincidiendo con su entrada en la fábrica, a su padre lo meten en la cárcel por deudas, dándose el caso grotesco, de que al final la familia se reunió con el padre en prisión, ya que las leyes entonces permitían que los parientes del moroso utilizasen la misma celda para dormir si no tenían otro sitio mejor en donde cobijarse. Todos menos Dickens, que a sus doce años vivía sólo en una habitación cercana a la cárcel, y ello debido a su calidad de obrero, lo cual le otorgaba una cierta autonomía.
Meses después muere la abuela paterna, quien lega en herencia al señor Dickens, una cantidad de dinero que le libera de sus deudas.

Charles abandona, por fin, la tenebrosa fábrica, y asiste a una buena escuela, la Wellington House Academy

A los 15 años deja la escuela, trabajando como mensajero en un despacho de abogados. Observador, las vivencias de aquellos años, se traslucirán en el futuro en su novelística, entretanto, aprende taquigrafía, y con apenas 17 se convierte en reportero independiente frecuentando tribunales de testamentarias y asuntos eclesiásticos. Mal remunerado y con deseos de prosperar, se le ocurre la idea de meterse a actor para lo cual empieza a aprender arte escénico, que finalmente no ejerce como profesional ya que un resfriado le impide presentarse a una prueba decisiva, tan decisiva que, gracias a ese constipado, tiene que olvidar, por el momento, sus ambiciones teatrales y acaba entrando en un periódico, el Mirror of Parliament, de redactor.

Este es el comienzo de su carrera periodística, que también fue escuela de gran utilidad para el futuro autor, y si bien por aquel entonces, su trabajo le satisfacía, respecto de lo familiar y personal las cosas no iban como debieran. Los nuevos endeudamientos de su padre y sus desventuras amorosas, le atormentaban.

Hombre inquieto y de gran imaginación, inicia por fin la carrera literaria en diciembre de 1833, cuando le publican por primera vez una obra en el Monthly Magazine, que después se ampliará enviando relatos al Bell´s Life in London y al Evening Chronicle, y empieza a emplear el seudónimo de Boz.
En 1835 conoce a su primer editor, Macrone, y en 1836, en abril, se comienza a publicar en forma de serial su primera novela The Pickwick Papers, se casa con Catherine Hogarth, hija de un colega, y deja su trabajo en los diarios para consagrarse a escribir como novelista.

Los títulos se suceden y los éxitos también. En 1840, no olvidando sus orígenes que tanto le han ayudado a darse a conocer, Dickens funda un periódico semanal, en donde publicará más tarde La tienda de antigüedades.

Se 1842 a 1846 no para de viajar con su familia, cambiando de frecuentemente de residencia por ello. En 1853 reanuda sus viajes, esta vez en compañía de amigos. Sus triunfos se suceden, es un novelista querido, aclamado y respetado, pero su vida matrimonial resulta un desastre, pues Charles y su esposa viven en mundos diferentes, pese a ser padres de una numerosísima prole.

Finalmente en 1858, los Dickens se separan, porque Charles se ha enamorado de una jovencísima actriz, Ellen Ternan, relación amorosa que tampoco concluyó bien.

En 1859 y durante 11 años, inicia una ronda ininterrumpida de conferencias públicas, que él escenifica teatralmente con gran aceptación de audiencia.

En 1867, vuelve por segunda vez a Norteamérica siendo aclamado entusiásticamente por el público.

Regresa a su país en mayo de 1868, continúa con sus conferencias, escribiendo si cesar y asistiendo a relevantes actos sociales. En marzo de 1870 es recibido por la reina Victoria en audiencia.

El exceso de infatigable trabajo, su vida personal conflictiva en el terreno afectivo, le condujeron a una muerte prematura y repentina, ya que el 8 de junio de 1870, tuvo un derrame cerebral, muriendo al otro día.

Descansa en la Abadía de Westminster.

Charles Dickens fue un escritor incisivo, que bajo un barniz en ocasiones caricaturesco, retrató claramente los problemas y lacras de su época. Gracias a él, entre otros, se puso descarnadamente de manifiesto la explotación brutal de que se hacía víctima a la población infantil inglesa, y esa denuncia consiguió el milagro de despertar muchas conciencias.

Aparte, a él se le debe el que los derechos de autor de los escritores, empezaran a ser tomados en cuenta, ya que Dickens sufrió en su propia carne el robo más descarado, cuanto que sus obras le eran indecentemente "pirateadas", por editores desaprensivos a los que beneficiaba la falta de legislación al respecto.

No debemos olvidar tampoco al Dickens autor teatral también, aunque con menor fortuna que el novelista, y que en numerosas ocasiones ayudó a montar obras escénicas o colaboró activamente en ellas como actor.

Una vida, por lo que se puede deducir, en la que no hubo lugar para el aburrimiento.
 
 

© 2000 Estrella Cardona Gamio

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